El toro de las figuras y otras lecciones de Bilbao

La propaganda oficialista del juampedrismo se agarra a un clavo ardiendo. A raíz de la corrida de Garcigrande en Bilbao, el portal Mundotoro publicó una crónica apoteósica titulada “El toro de las figuras”, que incluía una colección de tergiversaciones, enredos y excusas no pedidas de mal pagador, todo ello envuelto en esos jueguecitos de palabras y florilegios retóricos que tanto le gustan a su director (Véase en http://www.mundotoro.com/cronica-taurina/festejo-bilbao-19-8-2013-el-toro-de-las-figuras/40439).

Hablaba el cronista de la supuesta demagogia que existe en la crítica a los toros que mata su queridísimo Juli, cuando él la emplea a raudales en apoyo del mismo y sus amadísimos ganaderos del monopolio juampedrista, deformando de paso la realidad. Porque deformar los hechos es decir que la corrida de Garcigrande fue agresiva o “exigente”, como dicen ahora; en todo caso un par de toros tuvieron algo de genio, pero hubo otros cuatro con clara nobleza, aunque fueran rajones, lo cual es muy distinto a la agresividad. Y estos pocos toros revoltosillos fueron una gota de agua en el océano de lo habitual en Garcigrande y las otras tres o cuatro sucursales del monotoro, cuya tónica es la flojera, la falta de codicia y de fondo bravo, como de nuevo se está viendo este año una tarde tras otra.

Desde luego, si salieran siempre con el genio de algunos de Bilbao, los Julis iban a darle el corte de mangas a Garcigrande antes que canta un gallo. Lo que está hecho a su medida, y a lo que se apuntan todas las tardes, es el toro fofo, facilón y hecho en serie, que es con el que sus muchos aplaudidores ahora dan en repetir a modo de consigna que El Juli “impone su ley”, como en Málaga, Almería, o en la de El Pilar que mató al día siguiente en Bilbao. De cachondeo.

A lo largo de la historia, desde Guerrita a Ponce, los grandes de verdad han impuesto su ley en todas las plazas y a ganaderías de todas las castas. Por eso fueron grandes y auténticas figuras. No como este Juli adocenado, retorcido y gesticulador. Ya que según Ruiz y otros palmeros tan inmenso es su poder, Juli el “Legislador” tenía que haber actuado en las corridas de La Quinta (¡menuda camada!) o Alcurrucén, las más importantes de la feria de Bilbao, por más que fuera premiada Jandilla para que el Sistema salve la cara. Hubo otros dos toreros que con los alcurrucenes sí evidenciaron de nuevo su inmensa y demostradísima capacidad con todo tipo de toros: Ponce y Perera, éste último verdadero as de la temporada, aunque tapado por muchos. El señorito Julián ya no se atreve, porque no está a la altura. Así de sencillo. Prueba evidente es que no sale de los juampedritos, zalduenditos, danielitos, cuvillitos, garcigranditos y dos o tres más fotocopias del mismo original.

Se refiere el cronista de Mundotoro a verbenas y tópicos. Verbenas son las que montan los Cutiños y los Casas en esas ferias con las que el señor Ruiz se deshace en alabanzas y saca tan buen rendimiento, y cuyo “gran elenco” ganadero se compone de los mismos cuatro nombres, muchos de ellos fracasados con reiteración. A él quizás le parece estupendo que la Fiesta sea un espectáculo endogámico, cerrado, reiterativo y monocorde, y suponemos que le importa un rábano que desaparezcan ganaderías con bravura y clase sobradas simplemente porque no están en la onda guay, que es la que le chifla a este cronista. Para cuento chino lo de insistir una y otra vez en que lo único con garantías de éxito es lo de Juan Pedro y lo demás hay que tirarlo a la basura porque no ha “evolucionado”. Cuento chino y mandarino, amigo Ruiz. Se ha visto clarísimo en Bilbao y se está viendo en todos los sitios.

Para tópica y pertinaz la defensa que él viene haciendo desde hace años del monopolio juampedrista, su afán por magnificar sus éxitos y disimular sus fracasos, su silenciamiento cómplice de las injusticias y vetos hacia otras ganaderías de otras castas que él sabe (porque es buen aficionado) que pueden dar espectáculo y posibilitar el triunfo de los toreros, pero no están dentro del Sistema, al que él sirve. Ruiz fue uno de los que afirmaron el año pasado con más pompa que las figuras iban a abrir el abanico de ganaderías en ese 2013, y ahí lo tenemos: más endogamia que nunca.

Y luego tenemos en el extremo opuesto (pero en el fondo no tan lejos de Mundotoro por sectario) la otra verbena que ampara el Sistema, la de los talibanes “toristas”, que como siempre tiran de demagogia y cargan contra El Juli no por lo fundamental, sino en base a las estrafalarias teorías que manejan sobre la técnica del toreo, cuya realidad desconocen absolutamente. No los saques del rollo “pico” y del “cruzarse”, y ni siquiera saben lo que es. Sus explicaciones son tan ridículas como penosas. Se limitan a repetir las dos frases que les inculcó aquél analfabeto de apellido Vidal (también demagogo, como Ruiz, pero de la otra acera) que tanto daño hizo a la Fiesta desde las progres y antitaurinas páginas de “El País”. Esta vez podrían haberle criticado por los enganchones de algunos pases, por su estética encorvada hasta el contorsionismo, o porque le regalaron una de las orejas. Pero no. De nuevo la misma canción manida e ignorante.

Buena feria de Bilbao en general, sin duda la más abierta en ganaderías de todas las grandes, y bien que se ha notado por la riqueza en el espectáculo. Eso sí, con dos notas muy preocupantes y relacionadas entre sí: la alarmante escasez de público y la presidencia chuflesca y despótica de un señor enfermo de protagonismo. Estos dictadores son peligrosísimos, y si a este no se le corta el vuelo, terminará por acabar antes que después con esta feria. Eso y otro empujoncito del “normalizado” partido etarra, y listo.

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